A pesar del crecimiento sostenido de la población de mayores en los últimos años y del incremento sistemático de su participación en distintos ámbitos de la sociedad, todavía existen muchos espacios en los que los prejuicios y la exclusión tienen cabida.
El edadismo y el viejismo son expresiones de la subestimación de los atributos positivos asociados a la vejez y de una exacerbación de los negativos, los que sumados a una sobrevaloración de las “propiedades” de la juventud, establecen un escenario donde las dimensiones simbólicas, subjetivas y estructurales de lo social, terminan por excluir a las personas mayores. Muchas veces, además, este imaginario social tiene como corolario el maltrato en la familia y en la comunidad, así como también en las instituciones.
La “dependencia” la “inactividad” y la “enfermedad”, son etiquetas que discursivamente cuentan con una hegemonía respecto a otras como “sabiduría”, “experiencia” o “templanza”. Este imaginario social de la vejez subyace a un contexto social que es muchas veces adverso para nuestras personas mayores, en el que existen barreras a la integración en los ámbitos familiares, socio-comunitarios e institucionales. Así mismo, se verifican obstáculos para la participación de los mayores en los distintos ámbitos del desarrollo.
Sin embargo, a pesar de este escenario adverso, la información estadística disponible, desmiente y desmonta muchos de estos preconceptos sobre la vejez, mostrando una realidad en la que las personas mayores son un grupo participativo y cada vez más activo e integrado en nuevos espacios.
De acuerdo a las proyecciones de CEPAL la esperanza de vida al nacer, en el quinquenio 2015-2020 para Chile, es de 79,7 años. Según la misma fuente, la esperanza de vida al nacer para los hombres es de 77,2 años, mientras que para las mujeres es aproximadamente 5 años superior, alcanzando la cifra de 82,2 años.
Desde este escenario, pensar los servicios y las ciudades en función de las necesidades de las personas mayores, se convierte en una tarea en la que el Estado, la sociedad civil y la comunidad en general, tienen mucho que aportar desde la perspectiva de Gobernanza , de manera de fortalecer las oportunidades y espacios que se requieren para alcanzar ciudades mas amigables con los mayores.